Ayer cumplí diez años de feliz matrimonio. Ayer, en medio de todos los buenos momentos que estuve recordando, descubrí algo un poco extraño… Bueno, no tan extraño, viniendo de mí.
Durante todo este tiempo he estado utilizando repetidamente algunas frases -más que nada excusas, pedidos y advertencias- que me han ayudado a seguir viviendo intensamente el fútbol en todos sus niveles, conservando al mismo tiempo la armonía de nuestra sagrada unión… ¡o eso creo!
Así pues, para que quede constancia, aquí seguido comparto con ustedes las frases que más he pronunciado en estos últimos años… Por supuesto, si les parece, las pueden utilizar:
– Si no salimos mucho es porque no quieres… “¿Cuántas veces no te he invitado a fútboool?” (copiada de la película “La Pena Máxima”)
– Cuando tú me conociste ya me gustaba el fútbol, tú sabías como era la cosa.
– Vayamos en orden, ¡yo conocí al fútbol primero que a ti! (ojo, esta es de último recurso)
– Deberías agradecer que sólo voy a ir a jugar fútbol, que es algo sano, y que no me voy por ahí a meter ron o vicio…
– Cuando yo me comprometo a ir a los partidos, tengo que ir, soy un hombre de palabra, así como cuando te di mi palabra de estar contigo para siempre el día que nos casamos (¡tómalo!).
– Dame cinco minutos, que me estoy viendo el resumen de los goles… (no repetir más de tres veces al día)
– Llevo mucho tiempo esperando esto. Si el niño está vomitando y tiene fiebre, ocúpate tú, ¡sé consciente, por Dios!
– ¡Que embarrada!, como el partido no lo van a pasar por el Cable, me toca ir al bar. Allá tienen DirectTV que si tiene ese canal…
– ¿Pero si tú no sabes nada de fútbol con quién voy a comentar las jugadas? Es mejor que me lo vea con mis amigos.
– Regálame una gaseosita y un pancito y te vienes a ver el partido aquí conmigo y nos arrunchamos.
– Yo te dejo ver tu programa de decoración, pero devuelve el canal un momentico que me pareció ver “un lindo partido”.
– Eso puede esperar, tengo que verme este partido, vuelven a jugar en cuatro meses, no me hagas eso.
– Te prometo que cuando regrese del partido, nos vamos de plan familiar.
– Hagamos una cosa: Yo voy al partido y, pase lo que pase, si a la una no se ha acabado, yo me salgo y te llego a la casa temprano pa’ que salgamos a pasear.
– Todo fuese más fácil si cuando llegara de jugar me regalaras un vasito de jugo y me abrazaras, ¡en vez de mandarme a bañar!
– Si no me dejas ir a jugar, te me tiras el fin de semana, el mío, el tuyo y el de todos.
– ¿En serio?, ¿puedo ir?, ¿y cuando vuelva no vas a tener mala cara?
– De verdad que la jugadita de fútbol del fin de semana me desestresa, ¡es impresionante!
– Qué casualidad, siempre el niño se pone “mal” cuando estoy por acá viéndome un partido.
– Ya viste, por eso no me veo los partidos en la casa, ¡estos pelaos de mierda no me dejan concentrar!
– ¿Por qué siempre me pides que haga algo en la casa justo cuando estoy a punto de salir pal’ partido?
– ¿Por qué siempre te tengo que traer algo cuando vengo del partido?…
– ¿Cómo se te ocurre organizar el cumpleaños del niño el día del Clásico Español?
– ¿Y es que lo único que está abierto mientras yo voy a jugar es el centro comercial? ¡Ajá! ¿y por cuánto es que me va a salir la jugada?
– Échame una sobadita que no puedo con las piernas. El partido de ayer me dejó molido.
– Yo sé que me lo dijiste, pero ¿qué hago?… ¿Qué culpa tengo de que me hayan jodido el dedo, la rodilla, el tobillo, la nariz…?
– Perdió la Selección, ¡déjame quieto!
– Ganó la Selección, ¡déjame quieto!
– No me digas que me calme y que los niños están asustados, ¡¡ese árbitro no tiene madre!!
– ¿Y ahora me vas a decir que te querías ver el partido?
– ¿Ya pa’ que me vas a decir que vaya al partido, si sabes que ya no alcanzo?…
– ¿Cómo así?… Tu sabias que tenía partido… ¿No puedes decirle que venga otro día?
– Yo no tengo la culpa de que no te apasiones por nada mundano… Mírate un reinado de belleza, una novela o algo así.
– Como ganamos, tocó que nos quedáramos a celebrar… Sólo son unas cervecitas, no te preocupes.
– ¿Cómo es posible que a estas alturas me preguntes eso? Como se nota que ni te leíste las #Clases de Fútbol para Señoras# que publiqué en mi blog con tanto cariño para ti.
Nota final: A mi amada esposa quisiera decirle que no se deje engañar por las apariencias, que a pesar de lo expuesto anteriormente, ella y mi familia están por encima de todo, incluso del fútbol, aunque le resulte muy difícil de creer. ¡Feliz Aniversario!
Pd: Tengo partido este sábado… ¿Será que me dejan ir? ¿Ustedes qué dicen?